Una visita a la nueva casa de la Fundación Cultural Alicia Vega, ubicada en el corazón del barrio Bellavista, realizaron, el 10 de septiembre, algunos profesionales del equipo de la Coordinación de Vinculación con el Medio del Archivo Nacional.

Los anfitriones fueron Diego Ramírez, director de Proyectos, Paulina Godoy, encargada de Educación y Públicos, y Andrés Ovalle, quien forma del parte directorio y es encargado de Mediación, quienes mostraron parte del archivo que resguardan y las salas de exhibición que dan cuenta de los 30 años del quehacer de los talleres de cine para niños y niñas que Alicia Vega, junto a jóvenes monitores, efectuó en distintas poblaciones de Santiago y Chiloé.

El principal desafío de la fundación es la conservación de los materiales y los trabajos reunidos desde 1985 a 2015. La mayor parte del material es de papel o cartulina correspondiente a dibujos, fotocopias, libretas, juegos y tarjetas, entre otros, elaborados por los niños en las sesiones en que aprendían y disfrutaban del cine y del arte.

En este marco, Diego Ramírez comentó que su primer paso es la catalogación y la digitalización de las piezas más frágiles. Ambos procesos claves para dar acceso al archivo que resguardan, ya que es una valiosa fuente para estudios e investigaciones. Para ello están en busca de asesoramiento y recursos.

Miles de niños esperando el tren

La Fundación Cultural Alicia Vega es una organización sin fines de lucro, fundada el 24 de julio de 2017. Su misión es resguardar y difundir el patrimonio que a lo largo de 30 años Alicia Vega recopiló a través de su experiencia con niñas y niños. Este patrimonio fue construido por más de 6.000 niñas y niños que participaron en los talleres 35 talleres efectuados durante tres décadas,

En los talleres –que se realizaban en capillas, o juntas de vecinos de las poblaciones– los participantes, durante seis meses, aprendían a conocer la imagen cinematográfica, utilizando juegos del siglo XIX, como el zootropo, para luego elaborar sus propias creaciones. Este trabajado quedó plasmado en el documental “Cien niños esperando el tren”, del año 1988, dirigido por Ignacio Agüero (actualmente, vice presidente de la fundación), que muestra el taller de Alicia Vega en la población Lo Hermida, en plena dictadura de Pinochet, y cuyo título remite a una de las primeras películas de los hermanos Lumière, de 1895, que proyecta la llegada de un ferrocarril en una estación.

En 2022, se formó la Red de Talleristas, una instancia de formación y comunidad de monitores/as, que proyecta el legado de Alicia Vega en diversos territorios del país. En los encuentros se introduce y transmite la metodología de Alicia, generando espacios de acciones colectivas y experiencias de reinterpretación que los participantes llevan a la práctica en sus propias localidades.

Su objetivo es crear un espacio de colaboración y creación en el que interactúan educadoras y educadores formales y no formales, mediadores artísticos y culturales, artistas, colectivos de arte, líderes sociales y miembros de la Fundación.