Profesionales del AN realizan exitosa visita a Lota
Un equipo técnico del Archivo Nacional (AN), conformado por Natalia Ríos, jefa de la Unidad de Conservación, Gina Fuentes, profesional de la misma Unidad, Jaime Rojas, archivero de la Coordinación Técnico Normativa y Karin Pereira, encargada de la Unidad de Transferencias y Adquisiciones Documentales, viajaron recientemente hasta Lota con el principal objetivo de entregar lineamientos técnicos a los archiveros Alan Ceballos y Pablo Cid y a las conservadoras Sara Luna y Andrea Pozas, quienes trabajan en el proyecto de rescate y puesta en valor de los documentos de la Ex Empresa Nacional del Carbón (ENACAR), el que se enmarca en el llamado Plan Lota.
Las y los profesionales del AN analizaron aspectos para facilitar el trabajo técnico del equipo en terreno, efectuaron inspecciones a los espacios de custodia, y adoptaron acuerdos para la mejora del inventario y del diagnóstico de los documentos. Además, realizaron entrevistas que permitieron continuar enriqueciendo el contexto de producción y la historia de la custodia de los documentos,
Otros propósitos de la visita fueron supervisar los avances del proyecto durante este año, establecer acuerdos y ajustes que le permitan al equipo alcanzar los objetivos propuestos, y realizar observaciones a sus condiciones de trabajo.
El viaje del equipo permitió visualizar y comprender la magnitud del archivo y lo excepcional de su ubicación - en un bunker bajo tierra - y con ello, vislumbrar las soluciones de resguardo que se deben implementar con urgencia. En ese sentido, pudo observar que se requiere con premura el cambio de estanterías, tarea fundamental para garantizar las condiciones de resguardo. Por ello el AN se encargará de gestionarlo en breve plazo, para no poner en riesgo la integridad de los documentos.
Paralelamente, también, se sostuvieron reuniones con la coordinadora Regional del Plan Lota, Hilda Basoalto, la ex funcionaria de ENACAR, Cecilia Cerda, y los funcionarios de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), Cristian Domínguez y Marcia Parada.
Un poco de historia
La Empresa Nacional del Carbón, ENACAR, fue la empresa carbonífera más importante del país, siendo estatizada hacia 1970, cuando CORFO se convirtió en el accionista mayoritario de la misma.
Representa una continuidad con las primeras explotaciones industriales de mediados del siglo XIX en la Cuenca del Carbón (Lota, Coronel, Arauco, Lebu y Curanilahue, entre otra localidades, siendo de vital importancia, ya que generaciones de familias se desarrollaron en torno a ella, aportando con su trabajo y esfuerzo para hacer surgir una industria que fue fundamental para el desarrollo del país, dado que el carbón fue un combustible esencial durante la primera y aún la segunda etapa de la era industrial.
La memoria de estas comunidades se encuentra íntimamente ligada a la labor de la ENACAR, por lo cual su estudio y puesta en valor es relevante tanto para la historia local como para la del país, siendo el archivo de la ENACAR una fuente riquísima para este fin.
Dicho archivo es un gran conjunto documental que abarca aproximadamente 1.200 metros lineales de documentación que actualmente se encuentra en la ciudad de Lota, en dependencias de la CORFO. Sus documentos dan cuenta principalmente de las labores de administración y explotación de las minas ubicadas en la Cuenca del Carbón.
En julio, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó la declaratoria como Monumento Histórico de esta documentación), una acción que se enmarca en el Plan Lota, cuyo objetivo es la planificación y ejecución de acciones de manejo que asegure la sostenibilidad en el tiempo del área declarada como zona típica por el CMN y que, además, busca posicionar a la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
Próximos pasos
El proyecto del Archivo de ENACAR continúa con la realización del inventario y el diagnóstico del estado de conservación de los documentos de la Casa Oficina y el Búnker. Una vez finalizados, se avanzará en la organización de los documentos, que permitirá contar con un cuadro de clasificación y el ordenamiento de las unidades de instalación en los espacios acondicionados.
A lo anterior sigue un plan de preservación que estabilizará físicamente los documentos, y mantendrá un control de las condiciones ambientales que inciden directamente en la pervivencia de los soportes, ya que todas las tareas de conservación forman una cadena de acciones que deben llevarse a cabo de forma activa, permanente y dinámica.
De forma paralela, se buscará un inmueble con características propicias para albergar los documentos una vez finalizado su tratamiento técnico.