Con un acto solemne y la inauguración de una placa conmemorativa, el 19 de enero, se coronó el anhelo surgido en diciembre del 2002, cuando el Comité Nacional de la Memoria del Mundo -presidido por la conservadora de Archivo Nacional, María Eugenia Barrientos- presentó a la UNESCO dos postulaciones al programa que registra los patrimonios documentales de la humanidad: el Fondo Documental de los Jesuitas de América y los Archivos de Derechos Humanos de Chile. éstos fueron seleccionados para ser presentados en la reunión del Comité Consultivo Internacional, realizada el 27 y 30 de agosto del 2003 en Gdansk, Polonia. Y en la instancia, ambas postulaciones fueron aceptadas, siendo posteriormente ratificadas por el director general de la UNESCO, Koïshiro Mansura, el 15 de octubre. El Fondo Documental de los Jesuitas de América incluye más de 128 mil fojas con la historia de la evangelización en América Latina durante los siglos XVII, XVIII y XIX. La documentación fue generada por la Junta de Temporalidades, organismo creado por la corona española para administrar los bienes de la Compañía de Jesús, expulsada de los territorios de América Latina bajo el dominio de Carlos III, en 1767 En tanto, los Archivos de Derechos Humanos de Chile, comprenden cerca de mil fotografías de detenidos desaparecidos, material audiovisual, recortes de prensa y ediciones de "Teleanálisis", noticiario que se distribuía en video y que registraba la lucha por la defensa de los derechos humanos entre 1984 y 1990. Estos diversos registros fueron reunidos entre 1973 y 1995 por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD); la Corporación para la Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu); la Vicaría de la Solidaridad; la Corporación Justicia y Democracia; la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic); la Fundación para la Protección de la Infancia Víctima de los Estados de Emergencia (Pidee); la Comisión Chilena de Derechos Humanos y Teleanálisis. El programa Memoria del Mundo, creado en 1992 por el organismo dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), tiene por objetivo la conservación del patrimonio documental mundial y la universalización de su accesibilidad. En la práctica, opera con los mismos objetivos y estrategias de las declaraciones de Patrimonio de la Humanidad de ciudades, pero en el ámbito de los archivos y bibliotecas. Entre 1996 y junio del 2001, fueron declaradas Memoria del Mundo 21 colecciones documentales provenientes de 11 países, entre las que están la Biblia de Gütemberg, las piezas maestras de Frederyk Chopin, la Octava Sinfonía de Beethoven y los documentos del Gran Secretario de la Dinastía Ching. Con la inscripción de estos fondos documentales en el Archivo del Mundo, Chile aporta a la preservación del patrimonio documental mundial y la conservación de la memoria de la humanidad.