Historia y rol del AN en palabras de ex conservadores
Un encuentro para hacer memoria, conversar y analizar acerca de la evolución y los desafíos del Archivo Nacional (AN) fue el que se vivió, este 2 de febrero, en el Salón Ricardo Donoso. Bajo el título "El rol del Archivo Nacional en la política archivística chilena: un balance retrospectivo", se reunieron los ex subdirectores de la institución Claudio Vidal (1971-1973) y María Eugenia Barrientos (1994-2008), y la actual conservadora, Emma De Ramón.
El panel fue un espacio que convocó a la comunidad archivística y al público interesado en conocer la historia del AN y el papel que ha tenido -y proyecta- en el desarrollo del país, y fue organizado por el Grupo de Estudios sobre los Archivos en Chile y el Archivo FECH, y patrocinado por el AN.
El punto de partida de la conversación fue el año 1971, cuando el Presidente Salvador Allende nombró al sociólogo Claudio Vidal como conservador del AN. Lo primero que observó fue la falta de espacio para los documentos. "El AN estaba estancado, no había donde colocar un papel, La única solución era construir un edificio", recordó.
En este contexto, solicitó el apoyo al primer mandatario para buscar un lugar y los recursos para un nuevo inmueble, petición que tuvo una respuesta positiva. Al mismo tiempo, trabajó en el diseño de un plan que planteaba la innovación tecnológica y la creación de archivos zonales.
Vidal reconoció que había que dar un paso fundamental: "El financiamiento del Archivo Nacional tenía que ser a través de un mandato constitucional, más allá de los vaivenes de la economía". Estaba convencido que el patrimonio documental tenía tal importancia para el Estado y la ciudadanía que necesitaba recursos seguros que aseguraran su acervo, conservación y acceso.
Sin embargo, todo fue truncado por el golpe cívico-militar de 1973, acontecimiento que lo sorprendió realizando un curso de archivística en Reino Unido.
Años 90
Otro fue el contexto en el que asumió María Eugenia Barrientos. Habían ya pasado seis años desde el regreso a la democracia, y con el apoyo de Marta Cruz-Coke y Clara Budnik, directoras de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), pudo llevar adelante junto a los trabajadores del AN iniciativas que renovaron la labor archivística.
La ex conservadora comentó sobre la creación del Archivo Nacional de la Administración (ARNAD) y de los Archivos Regionales en Iquique y Temuco. Además evaluó como un hito muy especial el nombramiento de los Archivos de los Jesuitas y de Derechos Humanos como Memoria del Mundo, en 2003.
Frente a estos logros -que reconoce limitados- reflexionó y propuso acerca del rol que debería cumplir el AN: "ser un órgano coordinador de políticas e instituciones de archivos para generar políticas públicas y ciudadanas en torno a la documentación".
En este marco, Emma De Ramón advirtió que los avances en el ámbito archivístico han sido muy difíciles: "No sé porque a nuestro país le cuesta institucionalizar su memoria documental". Y en esta línea, expresó que el mayor desafío que tiene en la actualidad el AN es el resguardo de los archivos digitales, una obligación imperativa que tiene que asumir.
Sin embargo, también, convino sobre algunos progresos, como la gestiones para la creación de archivos regionales, así como todo el movimiento de archiveros dispuestos a mejorar y transformar el rol y el valor de los archivos.