Fondo Colonia Dignidad: el valor del testimonio documental
En la mañana del 17 de diciembre de 2017, un equipo de profesionales del Archivo Nacional (AN) se dirigió en la camioneta institucional a la sede la Jefatura de Inteligencia Policial (JIPOL), de la Policía de Investigaciones (PDI), con una labor muy especial: buscar la documentación incautada de la ex Colonia Dignidad, tras allanamientos policiales efectuados en 2000 y 2005.
Escoltados por la misma PDI regresaron al Archivo Nacional de la Administración (ARNAD), ubicado en Matucana 151, con cientos de cajas con documentos en español y alemán: fichas, cartas, facturas de armas, recortes de diarios y procesos judiciales, entre otros. Así comenzaba la gran tarea de organizar archivísticamente la nueva transferencia.
Casi un año ha durado esta labor con el Fondo Sociedad Benefactora y Educacional Colonia Dignidad, que a pesar de estar a disposición de la ciudadanía, a partir del 2 de enero, aún no termina. Gracias a recursos asignados por el Servicio Nacional del Patrimonio, fueron contratados profesionales para colaborar en la descripción y digitalización. A la cabeza estuvo Patricia Huenuqueo, coordinadora de Unidades Técnico Normativas, y Roberto Manriquez, profesional de apoyo, quien lideró el equipo de trabajo.
"Este archivo es inusual, no tenía un destino de contar la historia institucional de Colonia Dignidad sino más bien un destino homologable a los archivos del horror de Paraguay o de la Stasi en la República Democrática Alemana", explica Manríquez.
La documentación fue organizada en cuatro secciones de registros: inteligencia; administrativos y judiciales; clínicos (con consulta restringida, debido a los derechos del paciente) y prensa. Una base de datos -en el programa Winisis- contiene las descripciones de las 311 unidades de instalación que integran el fondo, proceso archivístico que continúa desarrollándose, pues sólo las fichas de seguimiento de personas son 48.954.
Manriquez comenta que están analizando cada una de las fichas y que, si bien, están a disposición del público, digitalizadas por Londres 38, falta un trabajo de descripción que liga una ficha con otra. Agrega que también otros tipos de documentos -como catálogos y boletas de compras de armas- son parte de un gran rompecabezas que significa la investigación de la violación de los derechos humanos en las regiones del Maule, Ñuble y Bío.
De esta manera, el Fondo Colonia Dignidad permite la demostración documental de los crímenes de lesa humanidad cometidos en el enclave, así como su colaboración con agentes de Estado durante la dictadura cívico-militar.
"La importancia de este archivo es que podemos conocer la represión paraestatal, pero apoyada por el Estado, como fue la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Los documentos comprueban el relato de los sobrevivientes de la dictadura, quienes durante los años 70' fueron enfáticos en afirmar que estuvieron en este lugar. Por eso es un archivo muy valioso", expone Manríquez.
Conservación: una perspectiva arqueológica documental
Los documentos de la ex Colonia Dignidad llegaron en bastantes buenas condiciones, explica Natalia Ríos, coordinadora de la Unidad de Conservación y Restauración, por lo que no necesitaron una intervención muy profunda.
De este moodo, el 100 por ciento de los documentos fueron conservados. El proceso implicó el diagnóstico y registro fotográfico, la limpieza -a cargo de la conservadora Carolina González-, y el embalaje transitorio, en cajas de cartón corriente, para ir a digitalización. Posteriormente, son almacenados, en los depósitos del ARNAD, en contenedores diseñados y fabricados especialmente por esta Unidad.
La idea -expone Natalia Ríos-era no aplicar tratamiento estándar, que se suele utilizarse en otro tipo de documentos. La documentación posee características más sensible desde el punto de vista histórico, como son archivos de la represión, relativos a los derechos humanos, por lo que tienen que ser tratados con otra sensibilidad técnica.
"Teníamos que crear una solución de conservación, primero que tuviera un alcance global, que llegara a todo el fondo y no sólo soluciones particulares, y que además considerará esa dimensión teórica sobre este tipo de archivos. Debimos llegar a un nivel de intervención mínimo para no borrar evidencia dentro las huellas materiales de cada uno de los documentos", precisa.
Siguiendo la lógica de almacenamiento que tenían los documentos (venían guardados en sobres, carpetas y archivadores), el equipo de la Unidad de Conservación creó contenedores especiales que mantuvieran los embalajes originales. No fue eliminado nada que aportara información para entender el fondo y la unidad productora (Colonia Dignidad). "Trabajar la conservación desde esta perspectiva es más arqueológica que propiamente archivística: Debemos rescatar toda la información posible para que en futuro el investigador o historiador pueda investigar al detalle la evidencia material del fondo", expresa Natalia Ríos.
En esta línea, los muebles originales con las fichas de los seguimientos a personas durante la dictadura cívico-militar serán conservados precisamente como eran mantenidos en Colonia Dignidad, ya que son parte de la historia de los documentos. Natalia explica que la madera no daña el papel, pues que ambos son materiales orgánicos, pero para el polvo fueron elaboradas unas tapas sobre las fichas y unas pestañas para sacarlas.
El paso siguiente es la digitalización del fondo, el que se realiza, paulatinamente, y de acuerdo a las prioridades de consulta. Las fichas ya fueron digitalizadas por la JIPOL, en tanto se continua con otros documentos de los registros de inteligencia y judiciales. En el caso de la documentación clínica, ésta tiene acceso restringido debido a la legislación que protege los datos personales.
Los documentos pueden ser examinados en el ARNAD, previa reserva de hora en el correo electrónico arnad@archivonacional.gob.cl