El Día Nacional del Circo se celebra el primer sábado de septiembre, mes en el que tradicionalmente crece la oferta de espectáculos con la llegada de la primavera. La fecha fue oficializada a través de la Ley N°21.026, de julio de 2017, con la finalidad de relevar una manifestación popular que forma parte de la cultura chilena.
El informe de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, del 13 de mayo de 2016, que promovió el establecimiento de esta conmemoración, expresa que desde el siglo XIX, en terrenos de las distintas ciudades y pueblos del país se instalaron carpas rodeadas de los carros que cobijaban a payasos, contorsionistas, equilibristas, trapecistas, acróbatas, malabaristas, magos, domadores y músicos, entre otros artistas. “… La historia del circo en Chile se inicia aproximadamente en 1885, cuando la familia de los hermanos Pacheco llegó a Valparaíso desde el extranjero, e inauguró el primer circo chileno. Sin embargo, sus antecedentes se remontan a comienzos del siglo XIX y a mediados de éste se presentaron en nuestro país funciones extraordinarias de equitación, números ecuestres con caballos amaestrados. También eran bastante frecuentes los espectáculos de maravillas gimnásticas”.
El documento precisa que el primer circo que surgió como una gran empresa fue el Circo Las Águilas Humanas, continuando este camino Los Tachuela, Los Montes de Oca, Los Caluga, Los Mazzini, Los Farfán, Los Ventura y Los hermanos Corales, entre otros.
Como puede observarse, los diferentes circos se estructuran en torno a una familia, el arte circense se trasmite de generación en generación. Pero la filiación se entiende más allá del apellido: todos y todas quienes integran circo son una gran familia. Una familia donde todos colaboran, en la que los artistas no sólo trabajan en la pista sino tambien fuera de ella, ejerciendo una serie de labores para la producción del espectáculo.
En septiembre de 2007, entró en vigencia la ley N° 20.216 de protección y fomento de la actividad circense nacional, que reconoció al circo chileno como una manifestación tradicional de la cultura chilena, y en cuyo artículo N°3 expresa: “Las autoridades nacionales, regionales y comunales deberán otorgar las facultades necesarias y suficientes y adoptar todas las medidas que correspondieren para promover las actividades del Circo Chileno en su calidad de instrumento de entretención, recreación y formación cultural básica. En todo caso, la relación de los circos se establecerá preferentemente con las autoridades de gobierno interior y con los alcaldes de las comunas en que se presenten sus espectáculos”.
Una modificación importante a esta ley, que se encuentra en tramitación desde 2019 (sin ningún avance hasta la fecha) es la prohibición de utilizar animales en los espectáculos circenses. Sin embargo, muchos circos ya han dejado de utilizarlos en sus funciones.
De este modo, a 10 años de instituirse el Día Nacional del Circo, la legislación de 2017 no sólo distinguía su valor cultural sino también le daba un marco que regularizaba y protegía esta tradicional actividad artística de nuestro país.