"Contar con un nuevo espacio para el Archivo Regional de Tarapacá (ART) es poder recibir adecuadamente la documentación de los organismos públicos -que en la región son alrededor de 60, algunos de los cuales nunca han transferido sus fondos documentales- y, al mismo tiempo, entregarla de modo satisfactorio a la ciudadanía, garantizando su derecho de acceso a la información", expresa en el marco de su 16° aniversario, Ernesto Almonte, coordinador del archivo.

Desde sus inicios, el ART funciona en dependencias de la Universidad Arturo Prat, por lo que la edificación de una sede propia en Alto Hospicio, en un terreno de 2.400 metros cuadrados, tiene una gran trascendencia para Tarapacá. El proyecto ya cuenta con el diseño arquitectónico, y en la actualidad está en evaluación de la Secretaría Ministerial de Desarrollo Social.

"El traslado a Alto Hospicio considera no sólo razones de seguridad para el patrimonio documental, sino también brindar un apoyo educacional y cultural a la comuna. Es significativo que un organismo de Estado se instale en esta creciente urbe", afirma Almonte.

Para el directivo, el aporte del archivo a la región está relacionado con el acceso a la información y la descentralización de la documentación del Estado, ya que significa que la comunidad efectúe los trámites notariales, de registros conservatorios y de otro tipo sin viajar a Santiago. "Asimismo -agrega- existe una contribución a la historia regional a través del estudio de sus diferentes fondos documentales".

El ART reúne más de 900 metros lineales de documentos producidos entre los años 1860 y 2007, generados por servicios públicos y entes privados de las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá, relativos a protocolos notariales, Conservador de Bienes Raíces, expedientes judiciales y resoluciones del Gobierno Regional. Además, recoge documentación de la Secretaría Ministerial de Agricultura, del Servicio de Evaluación Ambiental, del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).

Precisamente, estos últimos años ha incrementado su acervo. Uno de esos fondos es del Servicio de Minas (actual Sernageomin), que comprende documentos de 1850 a 1950, con temas como propiedades salitreras, inventarios de las oficinas, estadísticas de producción y otros. O la reciente transferencia desde Gendarmería de Chile de nueve libros que contienen informaciones acerca de personas detenidas en dependencia de esta institución en la región, tres de ellos correspondientes a documentos de presos en Pisagua durante el período de 1973 al 1976.

Todo un patrimonio documental que espera, en la celebración de un año más de existencia, una nueva sede para servir a la comunidad.