Catalina de los Ríos y Lisperguer (1604 - 1665) fue una aristócrata terrateniente que vivió en la Capitanía General de Chile durante el siglo XVII. Fue apodada La Quintrala por su pelo rojo llameante. Se destacó por su extrema crueldad con sus inquilinos. Fue acusada y juzgada por más de 40 asesinatos, convirtiéndose en un ícono del abuso y la opresión colonial.
La Quintrala realizó su testamento en Santiago, el 16 de enero de 1665, ante el escribano Pedro Vélez. Este documento es uno de los tantos vestigios escritos durante el periodo de la Colonia que el Archivo Nacional Histórico resguarda en sus bóvedas.
El testamento fue un instrumento legal que aseguraba el patrimonio familiar ordenando el destino de los bienes con que contaba una persona en las llamadas "cláusulas materiales".
También fue utilizado por hombres y mujeres españolas, mestizas e incluso indias quienes, con ánimo de pasar "a la otra vida" sin culpas, plasmaron en el documento sus afectos, miedos y creencias en las llamadas "clausulas espirituales".
En este caso, se presentan los descargos materiales y espirituales de la llamada Quintrala.