“Esta foto es de una arpillera bordada por mi madre, cuando tenía 17 años (1977) en el grupo de mujeres que participan en la vicaría de la solidaridad en la parroquia de Talagante. Esta artesanía se iba al extranjero y era realizada por mujeres de escasos recursos quienes recibían apoyo económico. La mayoría de estas mujeres eran familiares directos de víctimas detenidas y torturadas, algunas desaparecieron. Mi madre decía que bordaba para que la historia quede plasmada en los hilos de la memoria”. Donante: Catalina Pimentel.