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Luciano Cruz y los frentes sociales

Hombres marchando.

El 14 de agosto de 1971, Luciano Cruz, dirigente, del MIR, muere a los 27 años debido a una fuga de gas. La noticia de su muerte desconsuela a los militantes del MIR, y corre como el viento, de cordillera al mar. Decenas de miles de campesinos, pobladores, trabajadores y estudiantes se vuelcan en masa a despedirlo. La organización de esos frentes sociales, en la perspectiva de la creación estratégica del poder popular, revela ese día su potencia entre los pobres del campo y la ciudad. El MIR se agiganta en el seno del pueblo.

En el funeral, Miguel Enríquez marcha estoico junto a la dirección del MIR, la presencia protagónica del pueblo lo cobija. Los “miristas” no están solos, el coro de voces populares es un aliciente de esperanza, Luciano vive.

¿Pero quién puede asumir el irremplazable rol de Luciano, el de tribuno del pueblo? Miguel toma la palabra y este es su primer discurso de masas: “La muerte de Luciano Cruz es un duro golpe para nosotros. Los trabajadores han pedido un líder, los revolucionarios han perdido un compañero y nosotros un militante, amigo y hermano de lucha… Luciano será ejemplo para miles de jóvenes del pueblo que no quieren vivir de rodillas en la miseria…”

Dos personas.
Hombres Marchando.
Hombres en una marcha.
Funeral.