Tradición de Fiestas Patrias
Desde la década de 1830 todos los chilenos celebramos el 18 de septiembre como la fiesta de nuestra Independencia. Anterior a esa fecha, el pueblo celebraba este hecho el día 12 de febrero de cada año, conmemorando la Batalla de Chacabuco, encuentro bélico entre el Ejército Libertador y el Ejército Realista ocurrido en el extremo nor-oeste del valle de Santiago en 1817.
Esta fiesta coincidía con el Carnaval de Verano (fiesta de la challa o carnestolendas), celebración inmemorial de finales de verano que marcaba el fin de la temporada estival. Era la oportunidad en la que se agradecía la fertilidad de campo de ese año y la cosecha venidera.
El desenfreno general que acarreaba el festejo era considerado por los racionalistas del siglo XIX como una manifestación de incivilización y barbarie, que no coincidía con los ideales austeros y europeizantes que ellos perseguían. Es por ello que éste grupo buscó bajarle el perfil e importancia a la celebración del Carnaval proclamando un nuevo día de fiesta patriótica: el 18 de septiembre.
La fecha elegida conmemora el momento en que un grupo de criollos (algunos partidarios de la Independencia y otros no), juraron fidelidad al Rey Fernando VII, a quien consideraban el legítimo heredero del trono y se comprometieron a gobernar en su nombre mientras se restablecía el orden en España. De ésta manera, el Carnaval y las celebraciones que se efectuaban hasta ése entonces, adquirieron un cariz más moderado al celebrarse en el momento del término del invierno y pasar a ser una fiesta propiamente urbana y muy controlada por las autoridades e instituciones del orden de ésa época.
Pasado el tiempo, los partidarios de la Independencia se multiplicaron rápidamente y pronto diversos pronunciamientos y acciones políticas terminaron por conducir a nuestra patria hacia la condición de República independiente que conservamos hasta hoy, proceso que duro poco más de 10 años."